El rápido crecimiento de un niño desde que nace hasta los doce años imposibilita la existencia de un solo sistema de sujeción que pueda responder a todas las fases de desarrollo infantil en la misma medida.
En la actualidad, existen dos sistemas para asegurar a los niños en el coche: en sentido de la marcha o en sentido contrario a la marcha. Los asientos que se colocan en dirección contraria al sentido de la marcha son especialmente adecuados para bebés y niños muy pequeños. Como la proporción entre el peso de la cabeza y el peso del cuerpo es bastante mayor en los niños pequeños, la posición orientada hacia atrás del niño le protege contra las lesiones de la columna cervical. Los niños mayores, cuyos músculos cervicales están más desarrollados, viajan mejor en asientos de seguridad instalados en el sentido de la marcha.