Un sensor especial reduce el empañamiento de las lunas y aumenta el confort gestionando la humedad presente en el interior de vehículo. A partir de los datos facilitados por el sensor de humedad y temperatura ubicado en la base del retrovisor central, la unidad de control climático calcula la temperatura de condensación del aire, esto es, la temperatura a la que la humedad del aire se condensa y provoca el empañamiento de los cristales. Un sensor infrarrojo mide remotamente el calor irradiado sobre el parabrisas y calcula la temperatura de las lunas. Así el sistema regula la humedad del aire para evitar que se empañen los cristales.