El método más fiable para proteger la chapa de acero contra la corrosión es la galvanización. La galvanización consiste en un enchapado con zinc en el que este reacciona con el acero para crear un compuesto estable que también es inmune a los daños superficiales. La galvanización, que se aplica en capas de menos de 20 micrómetros, se emplea principalmente para tratar las superficies más finas, como las superficies visibles de la carrocería.