La gestión electrónica del motor coordina diversas funciones para lograr la máxima eficiencia con el menor coste y emisiones posibles. Estas funciones incluyen la inyección de combustible, el control de lambda, la recirculación de los gases de escape o el encendido. El sistema hace uso de varios parámetros como las rpm, la temperatura y la posición del pedal del acelerador, entre otros.