En un sistema de suspensión neumática, el control electrónico de la amortiguación es el ajuste continuo, controlado por mapa, de los ajustes de los amortiguadores. Proporciona una mayor comodidad en la conducción, placer de conducción y seguridad, además de una mejor maniobrabilidad al conducir sobre superficies poco firmes o en terrenos fuera de la carretera.
La unidad de control electrónico calcula los ajustes necesarios de los amortiguadores basándose en la información de los sensores de aceleración en las ruedas y en la carrocería. A continuación, ajusta la amortiguación para adaptarla a la velocidad del vehículo y al estado de la superficie de la carretera.
Además, tienes la opción de seleccionar manualmente el ajuste básico, el ajuste deportivo más firme o el ajuste de confort más suave. La altura de marcha y la amortiguación se adaptan automáticamente a la carga del vehículo y a todas las condiciones, dentro y fuera de la carretera, lo cual resulta en unas características de suspensión y una seguridad al volante excepcionales.
El sistema es capaz de compensar cualquier movimiento de la carrocería, así como de amortiguar las vibraciones de balanceo generadas al arrastrar un remolque.