En un motor de pistón, el cigüeñal se encarga del mecanismo de manivela. Este mecanismo convierte el movimiento vertical del pistón en un movimiento de rotación.
La conexión entre el cigüeñal y el pistón se realiza mediante bielas. Su movimiento alternativo compensa la acción del cigüeñal. Las fuerzas extremas —las cargas de torsión y de flexión— actúan sobre el mecanismo de la manivela. Estas fuerzas sufren cambios extremos en intervalos de tiempo muy cortos. Las vibraciones resultantes ponen el cigüeñal bajo una gran tensión. Un gran esfuerzo de desarrollo y una precisión extrema en la tecnología de fabricación garantizan que el cigüeñal siga funcionando sin problemas durante mucho tiempo.