Con la inyección directa de gasolina, el combustible se inyecta directamente en la cámara de combustión a una presión máxima de 150 bar. Una geometría especial de la cámara de combustión garantiza una mezcla óptima de combustible y aire. FSI es una tecnología de motor que proporciona una eficiencia térmica excepcional y un ahorro de combustible superior a la media. Con el estilo de conducción apropiado, los motores FSI consumen hasta un 15% menos que los motores de la misma potencia con una inyección convencional.