La rigidez de la carrocería es una de las claves de la seguridad, la comodidad y la durabilidad de un coche. Cuanto menos «se retuerza» un vehículo sobre firmes irregulares o al trazar curvas a gran velocidad, más seguras son sus características de manejo.
La rigidez varía en función de la forma de la carrocería. En general, la estructura de un coche descapotable nunca puede conseguir la rigidez de un sedán, un coche familiar o una furgoneta. Los ocupantes del vehículo pueden notar la alta rigidez de la carrocería por el bajísimo nivel de ruido en su interior y la calidad de un acabado de gran precisión. En el exterior, las pequeñas y uniformes dimensiones de las juntas y las superficies lisas de toda la carrocería atestiguan los elevados estándares de calidad de los modelos SEAT.
Asimismo, una alta rigidez es básica para una excelente seguridad contra colisiones y una notable reducción del ruido en el interior.